martes, 9 de noviembre de 2010

"El Hombre que Calculaba" de Malba Tahan


Músicas de ambiente:


"El hombre que calculaba" de Malba Tahan

Es una lectura encantadora y fácil. Son aventuras que se resuelven usando las matemáticas. Están ambientadas en el Bagdad del año 1000.

En mi adolescencia este libro me despertó el amor por las matemáticas, cuando lo descubrí en una edición mejicana en la biblioteca de mi casa. Desde entonces este librito se ha convertido en mi regalo favorito cuando conozco a algún joven con vocación matemática.

Es ideal como lectura escolar. Está organizado por capítulos breves. En una sesión de clase se leen con facilidad un par de ellos. La lectura en voz alta con comentarios del profesor, es una buena estrategia para arrancar la afición a la lectura y a las matemáticas. Incluso se pueden escenificar los episodios.

Hay ediciones muy baratas (7-8 euros) y además se dispone del texto en formato electrónico.

Y también se purde leer en formato digital gratuito

El libroen soporte digital:
Comentario sobre "El hombre que calculaba" de Malba Tahan 
[Fuente: El webcindario de Oswaldo] 

En el momento de leer El Hombre que Calculaba se advierte que el libro fue escrito presuntamente en Bagdag en 1321. O sea que el libraco, en esta premisa, estaría por cumplir siete siglos. Pero no.
En realidad se trata de una obra mucho más reciente, escrita por Julio César de Mello e Souza bajo el seudónimo de Malba Tahan, en 1938. Pero bueno, puesto que el libro es magnífico, centrémonos en el contenido de este relato de 35 capítulos que vale la pena leer.
Beremis Samir es un persa poco común con un talento formidable para el cálculo. El joven hace cálculos en todo lo que ve: cuenta las estrellas, cuenta las parvadas de pájaros, cuenta las hojas de los árboles, las manadas de animales... cuenta todo lo que le rodea con pasmosa exactitud.
Samir viaja por las tierras de un antiquísimo Irak habitado por califas, jeques y visires, asombrando a todo el mundo con su gran capacidad y precisión para resolver problemas que parecen complejos a los ojos de la gente. Pero es además un hombre íntegro, conocedor de las pasiones humanas, y sobre todo, amante de la justicia.
Mas si hay un signo que destaca en su interminable aventura es que siempre se encontrará con problemas por resolver entre personas agraviadas, entre mercaderes quejosos, y esto será ocasión para que muestre su faceta de pacificador mediante la solución de diversos problemas. Y en todas las circunstancias Samir demostrará que la equidad es la más poderosa arma para enderezar entuertos y diferencias entre los hombres, haciendo uso de inesperados pero eficaces arreglos -si se puede decir así- matemáticos-humanos.
A través de diálogos breves pero muy bien escritos, el protagonista nos hará reflexionar sobre algo que hace tanta falta en estos tiempos de crisis mundial: que por encima de cualquier problema, y por difícil que parezca, se debe de encontrar primero una razón ética y de justicia para hacer desaparecer no sólo el problema, sino también la no coincidencia entre los hombres. Después, en medio de la reflexión, se hallará que en la mayoría de los casos, el problema no era tan grave como parecía.
El Hombre que Calculaba, en suma, demuestra que Beremis Samir es tan solo un hombre como cualquier otro: con cualidades, capacidades y cierto grado de sabiduría. Pero ante todo, nos enseña que un hombre de paz, cualquier hombre viviente, no tiene que buscar el poder ni la riqueza, sino la tranquilidad de vivir su propia vida sirviendo a los demás.
El Hombre que Calculaba, pues, tiene un mensaje profundo: que en la búsqueda de un equilibrio sincero, real y justo con todo lo que nos rodea, con números o sin ellos, podremos hallar la paz que necesitamos.

Sugerencia didáctica:
  • Iniciar una lectura en voz alta en clase. Se puede poner un fondo musical o traer algún objeto átabe para ambientar. El profesor debe previamente motivar la lectura con una expesición histórica de la matemática árabe, alguna anécdota personal, o referencia al autor del libro, Malba Tahan.
  • Por grupos pueden prepararse la exposición de algún capítulo seleccionado, lo que incluye, la lectura (dramatizada que pueden grabar en audio), exponer el problema matemático, sugerir alguna ilustración (imagen, foto, dibujo, materiales, objetos, trajes, vídeo ...). La complejidad de la propuesta de trabajo puede variar según las capacidades y edades de los alumnos.
  • Por último se puede hacer una exposición con los trabajos de los diversos grupos.
  • Otra opción es pedir a los alumnos que cuenten el capítulo que más les ha gustado.

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